
En los últimos meses se vienen observando episodios de olas de calor marinas en el Atlántico norte, como podeis ver en la noticia de este enlace.
Se están registrando anomalías de temperatura, con aguas mucho más calientes en toda la costa. Se cree que el impacto que puedan ocasionar estos eventos extremos dependerá de la persistencia del mismo, pero los expertos apuntan que puede producir una interrupción de nutrientes y oxígeno, alterar las redes alimentarias marinas, generar daños a la pesca y, por supuesto, influir en la dinámica meteorológica.

Como podéis ver en las fotografías, desde Gestpar estamos también evaluando la resiliencia de anisakis frente a los cambios ambientales, realizando experimentos en las plantas de cultivo del IIM-CSIC.